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Toma y retoma del Palacio de Justicia (6 y 7 de noviembre de 1985)



Los magistrados, magistrados auxiliares, empleados administrativos y de servicios del Consejo de Estado y de la Corte Suprema de Justicia, así como los abogados y visitantes frecuentes u ocasionales del Palacio de Justicia en el centro de Bogotá realizaban  sus actividades habituales el 6 de noviembre de 1985, en medio de la zozobra por las crecientes amenazas, el temor por el retiro de la protección policial y los rumores que alertaban sobre la inminencia de una toma al Palacio.

Nadie podría imaginar que 28 horas después, el Palacio de Justicia sería arrasado como resultado de una de las acciones más demenciales que el país ha presenciado, resultado de la violenta incursión armada de la guerrilla y la desproporcionada respuesta del Estado.

El uso de armamentos y explosivos de todo tipo, el inexplicable vacío de poder en el Gobierno y los incendios que destruyeron la edificación  provocaron un  saldo trágico de cerca de un centenar de personas que perdieron la vida entre civiles, miembros de la fuerza pública y guerrilleros, y al menos 11 cuyo paradero aún se desconoce.


Los hechos ocurridos los días 6 y 7 de noviembre de 1985


Ante  la escasa vigilancia del Palacio de Justicia, el 6 de noviembre, entre las 10:30 y las 11:00 de la mañana un grupo  de siete personas armadas, vestidas de civil, pertenecientes al M-19 logró ingresar a las instalaciones. Se dice que la actividad de inteligencia previa por parte de este grupo se desarrolló desde  junio de 1985.

Dos de los guerrilleros del M-19 se ubicaron en la Secretaría del Consejo de Estado, dos en la Secretaría de la Sección Tercera, dos en la cafetería y una mujer en el cuarto piso.

Posteriormente, otro grupo de veintiocho guerrilleros entró en tres carros por el parqueadero del Palacio a sangre y fuego indiscriminado.

El primer grupo  se había ubicado en las diferentes oficinas del Palacio y al escuchar los primeros disparos  anunció la toma armada por parte del M-19.

A partir de la 1:00 p.m. del 6 de noviembre la fuerza pública asumió la acción ofensiva con ocho unidades blindadas y tres helicópteros. La sangrienta y prolongada batalla causó numerosas bajas en ambos bandos, dio lugar al primer incendio en el sótano y se caracterizó por el empleo de armas automáticas, bombas y explosivos.

Con el ingreso de los tanques la situación se recrudeció: dentro del Palacio de Justicia los tanques disparaban continuamente contra los pisos 3º y 4° que no estaban en poder del Ejército; los helicópteros sobrevolaron por el costado norte y había una “lluvia de balas” que penetraba en las oficinas; caían las cortinas y las lámparas, los vidrios se reventaban, se vivía una situación de terror. Se podía distinguir cuando los tanques iban a disparar, pues había un ruido característico que lo indicaba; se sentía que el cuarto piso iba a caer. Ese bombardeo era continuo. Desde el tercer piso, los rehenes enviaban papeles con mensajes diciendo que estaban allí para que el Ejército los rescatara, pero nadie les ponía atención.

El ingreso de los tanques por el sótano y por la puerta principal del Palacio de Justicia, las explosiones indiscriminadas y los disparos desde fuera y dentro del edificio, todo ello en un lapso muy corto desde el inicio de la violenta toma, determinaron que la situación se tornara en extremo grave y desesperada para quienes se encontraban dentro del palacio. La guerrilla se concentró en dos puntos principales desde ese momento: uno en el cuarto piso, al mando de Otero, y otro en el tercero, con Almarales al frente.

Varios de los rehenes que se encontraban en el tercer piso evocan lo que han coincidido en llamar “la letanía” que el Magistrado Reyes Echandía repetía incesantemente: “¡No disparen, por favor, somos rehenes, soy el Presidente de la Corte!”, y en la respuesta consistente en bombas y disparos provenientes de los tanques que estaban en el primer piso.

Luego de haberse comunicado en varias ocasiones con su hijo Yesid y con el Presidente del Senado y de haber intentado infructuosamente hablar con el Presidente de la República, el país escuchó a través de los medios de comunicación el angustioso y elocuente llamado del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía: “¡Que cese el fuego!”.

El primer incendio que se produjo inició entre la 1:00 p.m. y las 2:00 p.m. en el sótano, después de la colocación por parte de guerrilleros del M-19 de cargas explosivas, del ingreso de los tanques y del fuerte enfrentamiento que se dio en esa zona, donde se encontraban estacionados numerosos vehículos, algunos de los cuales resultaron quemados; sin embargo, este incendio no se propagó.

El segundo incendio se originó, al parecer, en el auditorio adjunto a la biblioteca, en el primer piso, cuando ya la fuerza pública tenía el control de ese nivel de la edificación, hacia las 5:00 p.m. o las 6:00 p.m. El tercero, el de mayor capacidad de conflagración, se inició en el cuarto piso, según versiones de testigos, hacia las 6:00 p.m.


Al final no fue posible saber con certeza cómo murieron los rehenes y guerrilleros que se hallaban en el cuarto piso ni el número cierto de personas que allí se encontraban. Se desconoce quiénes fallecieron antes de que las llamas lo consumieran todo, porque de este grupo no sobrevivió ni una sola persona; lo cierto es que los cuerpos se encontraron, en su mayoría, desmembrados, mutilados al parecer por el efecto de las explosiones y casi todos calcinados. Según informes técnicos, por lo menos tres de los magistrados (Alfonso Reyes Echandía, Ricardo Medina Moyano y José Eduardo Gnecco Correa) mostraron en sus restos mortales proyectiles de armas que no usó la guerrilla.

Las llamas y el humo obligaron a los sobrevivientes a refugiarse en el baño ubicado entre los pisos segundo y tercero. Alrededor de 60 rehenes quedaron hacinados en un reducido espacio de 20 metros cuadrados, sometidos al ruido ensordecedor de los disparos de fusiles, granadas, bombas explosivas, disparos de tanques y rockets producidos desde el exterior, las incomodidades locativas propias de esa infamante situación, el calor, la oscuridad, el hambre, la sed, la sensación de impotencia absoluta, la intensidad del fuego cruzado en el que algunos perdieron la vida y otros fueron heridos, la preocupación por sus seres queridos, la asfixia y la inminencia de la muerte.

Durante todo el tiempo, espontáneamente o por insinuación de los guerrilleros, los rehenes gritaban que eran civiles y pedían al Ejército que no les disparara más. También gritaron a los militares diciéndoles que había heridos, que eran magistrados de la Corte, y la respuesta invariablemente fue una sarta de groserías y nuevos disparos.

En un rincón del baño había una bomba muy grande, fabricada artesanalmente, que parecía ser de inmenso poder. Los rehenes temían que el M-19 decidiera, frente a la gravedad de la situación, detonarla. La bomba, sin embargo, no fue detonada.

Alguien tenía un radio en el baño donde escucharon en la noche que estaban transmitiendo un partido de fútbol, por lo que los rehenes pensaron que su situación no le interesaba a nadie.

Hacia las 2:00 a.m. hubo un ensordecedor ruido producido por ametralladoras y rockets disparados desde un tanque contra el frente del Palacio de Justicia. Parecía que el edificio se iba a caer y después hubo silencio total durante algunas horas.

Las municiones de los guerrilleros ya eran muy escasas, y en la mañana del 7 de noviembre los tanques empezaron a bombardear nuevamente. Al amanecer, oyeron en el radio que a las 9:00 a.m. el Presidente de la República, Belisario Betancur, se reuniría con los ministros y también que el Ejército ya tenía totalmente controlado el Palacio y sólo quedaba un reducto guerrillero, por lo que se iniciaría la Operación Rastrillo.

En el baño, además de un total aproximado de 60 rehenes, había inicialmente entre 10 y 12 guerrilleros, incluidas 3 mujeres.

Desde el momento en que el Ejército se dio cuenta que en el baño ubicado entre el segundo y el tercer piso había guerrilleros, afinaron la puntería y dispararon hasta el final. Se incrementó el envío de las granadas de fragmentación, particularmente.


Como producto de la violenta e inesperada explosión en la pared oriental del baño, acompañada de ráfagas de disparos desde el exterior, se produjo una inmediata reacción de los guerrilleros que dispararon sus armas contra algunos rehenes que se encontraban en el baño.

En ese momento, los retenidos rogaron a Almarales que los dejara salir, a lo cual se negó inicialmente. Ante las súplicas de los cautivos y en especial las de sus propias compañeras del M-19, accedió a que primero salieran las mujeres. Fue cuando las guerrilleras Irma Franco Pineda y Clara Helena Enciso despojaron de sus prendas de vestir a empleadas judiciales que habían fallecido, se camuflaron entre las rehenes y salieron con ellas. Después Almarales dijo: “Los que quedamos nos morimos todos”, pero después replicó: “Salgan los heridos”. Finalmente, después de ellos, salieron los demás cautivos. Siete de los rehenes que se encontraban en el baño perdieron la vida dentro del Palacio de Justicia.

Cuando la evacuación de los rehenes culminó, “el Ejército entró y acabó con los que estaban adentro”.

Cuando finalmente le fue permitido el ingreso al delegado de la Cruz Roja, con un mensaje de diálogo y cese al fuego, la retoma del Palacio por parte del Ejército ya había llegado a su fin.

Los rehenes sobrevivientes que lograron salir del Palacio los días 6 y 7 de noviembre fueron trasladados a la Casa del Florero y, posteriormente, en la mayoría de los casos después de ser registrados, interrogados e identificados plenamente por autoridades militares de inteligencia, se les permitió ir a sus residencias o fueron trasladados a centros hospitalarios.

Otros rehenes, denominados “especiales” por la fuerza pública, fueron trasladados al segundo piso de las instalaciones de la Casa del Florero, y posteriormente varios de ellos fueron remitidos a instalaciones militares. Algunas personas, siete de ellas plenamente identificadas como rehenes y una guerrillera, que salieron con vida del Palacio y fueron trasladadas a la Casa del Florero, posteriormente desaparecieron. Con excepción de Ana Rosa Castiblanco, cuyos restos fueron identificados años después, se desconoce aún la suerte de las demás víctimas.


Número de personas fallecidas

Respecto del número total de personas que fallecieron en los hechos del Palacio de Justicia, es dramático evidenciar que actualmente no existe claridad, ya que ninguna de las fuentes consultadas establece con certeza la cantidad real de fallecidos.

Los análisis realizados indican, según cifras oficiales, que 94 cadáveres fueron llevados a la morgue del Instituto de Medicina Legal. Sin embargo, los inconvenientes surgidos con las identificaciones dejan serias dudas acerca de la identidad de algunos de ellos, y las irregularidades, particularmente con los restos calcinados, llevan a pensar en la existencia de un mayor número de víctimas.

Los protocolos de necropsia del caso “Palacio de Justicia”, en su numeración consecutiva, exhiben vacíos que corresponden a personas fallecidas por hechos no relacionados con el Palacio, situación que generó variaciones en las cifras, las cuales se modificaron frecuentemente.

Fue así como se habló de 105 muertos, según mencionó el General Arias Cabrales una vez finalizados los hechos, mientras que el General Miguel Vega Uribe, durante una intervención ante el Congreso, presentó la cifra de 115, lo que aumentó la confusión.

Para mayor confusión, la Procuraduría General de la Nación, en la denuncia presentada ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes señaló que el total de personas que perecieron fue 95, de las cuales 76 habían sido identificadas, incluidos 22 guerrilleros. Agregó el Ministerio Público que presuntamente se enviaron 19 cuerpos sin identificar a fosa común.

El siguiente listado de víctimas, que se considera el oficial, se basa en las actas de levantamiento realizadas en los protocolos de necropsias:

Ver Listado de víctimas, lugar de fallecimiento y lugar de levantamiento de cadáveres

Ver Listado de víctimas, lugar de fallecimiento y lugar de levantamiento de cadáveres

De los 94 muertos, sólo 68 cadáveres fueron identificados. Sólo 54 cuerpos de los 68 identificados fueron entregados a sus familiares, pero de los guerrilleros, únicamente el cadáver de Andrés Almarales corrió esta suerte, los demás pasaron a la fosa común del Cementerio del Sur, junto con los cuerpos no identificados.

De los 68 identificados, 33 no presentaban quemaduras, y de éstos, 10 correspondían a personas que laboraban en el Palacio, 6 a integrantes de las fuerzas del orden, 1 a un visitante, 1 a un transeúnte y 15 a guerrilleros.



Las personas desaparecidas en el Palacio de Justicia


En el marco de los hechos del Palacio de Justicia, empleados de la cafetería y algunos visitantes ocasionales fueron víctimas de desaparición forzada. Todos ellos, indiscutiblemente ingresaron con vida al palacio el 6 de noviembre de 1985, y hasta el momento se desconoce su paradero.

Se trata de la totalidad de los empleados de la cafetería del palacio: Carlos Augusto Rodríguez, Héctor Jaime Beltrán Fuentes, Cristina Guarín Cortés, Bernardo Beltrán Hernández, Gloria Stella Lizarazo, David Suspes Celis y Luz Mary Portela León; las visitantes ocasionales Gloria Anzola de Lanao, Lucy Amparo Oviedo de Arias y Norma Constanza Esguerra Forero, y la guerrillera del M-19 Irma Franco Pineda.



Sentencias de la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo


La jurisdicción de lo contencioso administrativo, particularmente la Sección Tercera del Consejo de Estado, ha sido la instancia judicial que se ha pronunciado en un mayor número de ocasiones sobre los hechos del Palacio de Justicia.

En sus sentencias se ha declarado la responsabilidad administrativa de la Nación colombiana y se ha indemnizado cerca de 60 grupos familiares, entre los cuales se destacan los familiares de desaparecidos y de fallecidos, así como sobrevivientes y damnificados.

El argumento central que fundamentó esta declaración de responsabilidad estatal se ha replicado en la mayoría de sentencias, y consiste en la existencia de una falla del servicio atribuible a la fuerza pública en relación con los sucesos del Palacio de Justicia, la cual se presentó por partida doble.

En primer lugar, la falla del servicio se materializó al suprimir la vigilancia en las instalaciones del Palacio de Justicia a pesar de que se conocían las amenazas contra los funcionarios judiciales y la intención de ocupar el edificio. En segundo lugar, el Consejo de Estado determinó que “también obró equivocadamente la fuerza pública al intentar la recuperación del palacio, operativo que se caracterizó por la desorganización, la improvisación, el desorden y anarquía de las fuerzas armadas que intervinieron, la ausencia de voluntad para rescatar sanos y salvos a los rehenes, todo esto con el desconocimiento absoluto de los más elementales derechos humanos y principios básicos del Derecho de Gentes”[1].



Informe final de la Comisión de la Verdad


Para mayor información sobre los hechos ocurridos en el Palacio de Justicia los días 6 y 7 de noviembre de 1985, consultar el Informe Final de la Comisión de la Verdad.

Dicho informe da “a conocer de manera integral, para el aprendizaje de las nuevas generaciones, para el estudio y evaluación de la sociedad y la institucionalidad colombianas y para conocimiento de la comunidad internacional, un panorama amplio de la dolorosa verdad sobre lo ocurrido en el Palacio de Justicia, y honrar, para que no se olvide y no se repita, el increíble sacrificio de las víctimas de estos hechos” [2].

Ver informe final de la Comisión de la Verdad

[1] Véanse, entre otras sentencias: Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección Tercera, Bogotá, D. E., agosto 19 de 1994. C. P. Daniel Suárez Hernández. Referencia: Expediente Nº. 9276. Actores: Susana Becerra de Medellín y otros. Este argumento también se reproduce, entre otras, en las siguientes sentencias del Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección Tercera, Bogotá, D. E. febrero 16 de 1995. C. P. Juan de Dios Montes Hernández. Referencia: Expediente Nº. 8966. Actores: Luis Guillermo Correa Cadavid y otros, febrero 16 de 1995. C. P. Juan de Dios Montes Hernández. Referencia: Expediente Nº. 9040. Actor: Édgar Ricardo Cediel Moscoso, junio 27 de 1995 Consejero ponente: Juan de Dios Montes Hernández. Referencia: Expediente Nº. 9266. Actores: Carmen Elisa Gnecco y otros, marzo 29 de 1996. C. P. Jesús María Carrillo Ballesteros. Referencia: Expediente Nº. 10920. Actores: Efrén Asnoraldo Angulo Preciado y otros. En la Bibliografía del Informe Final se incluye una relación de todos los fallos contencioso-administrativos consultados por la Comisión de la Verdad.

[2] Op. Cit. Introducción #15 (pág. 22).


Conmemoraciones

35 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia


Discurso del presidente del consejo de estado, magistrado Álvaro Namén Vargas, en la conmemoración de los 35 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia BOGOTÁ D.C., 6 DE NOVIEMBRE DE 2020

Para mayor información sobre los hechos ocurridos en el Palacio de Justicia los días 6 y 7 de noviembre de 1985, consultar el Informe Final de la Comisión de la Verdad.



  • Sección Primera
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  • Sala Plena
  • Boletín de Jurisprudencia
.
Tabla 1. Listado de víctimas
No.
Víctima
Nombre (según el Instituto de Medicina Legal)OcupaciónLugar de muerte (según acta de levantamiento
1José Fonseca VilladaPolicíaMorgue del Hospital de la Policía
2Ramón León ArizaEscolta-policíaMorgue del Hospital de la Policía
3Jaime Alberto Portilla FrancoPolicíaClínica de la Policía (se hizo levantamiento en la morgue)
4Sergio Alberto Villamizar QuinteroEjércitoHospital militar (morgue)
5Edilson Zapata VásquezGuerrilleroMorgue del Hospital de la Policía
6Saúl Chavarriaga [Chavarría] SalamancaEscolta-policíaPalacio de Justicia
7Humberto Lozada ValderramaGuerrilleroPlaza de Bolívar costado norte
8Enrique Giraldo PinedaGuerrilleroPlaza de Bolívar costado norte
9Jorge Tadeo Mayo CastroAdministrador del Palacio de JuticiaPalacio de Justicia
10Francisco Vargas Soto en el protocolo de necropsia o Fernando Rodríguez Sánchez
(necrodactilia)
GuerrilleroPlaza de Bolívar
11NN hombre (Orlando Chaparro Vélez)GuerrilleroPlaza de Bolívar
12Édgar Gerardo Díaz ArbeláezCeladorMorgue del Hospital de la Hortúa
13Eulogio BlancoCeladorMorgue del Hospital de la Hortúa
14Ricardo Mora, según el protocolo de necropsia. Sin
embargo corresponde a René Francisco Acuña Jiménez
TranseúnteMorgue del Hospital de la Hortúa
15Héctor Arturo Lozano RiverosGuerrilleroPatio interno
16*Lisandro Juan Romero BarriosMagistrado auxiliar del Consejo de
Estado
Palacio de Justicia
17*José Eduardo Medina GaravitoConductorPrimer piso
18William A. Almonacid RodríguezGuerrilleroPatio interno
19Diógenes Benavides
Martinelli, alias ‘Mario García Restrepo’
GuerrilleroPatio interno
20*Luz Estella Bernal MarínAsistente del Consejo de EstadoPalacio de Justicia
21Fabio o Mario Becerra CorreaGuerrilleroPalacio de Justicia
22Jesús Antonio Rueda, según el protocolo de necropsia. Sin embargo, corresponde a Jesús
Antonio Rueda
GuerrilleroAzotea (primer piso)
23Andrés Almarales MangaGuerrilleroPatio interno
24*Luis Horacio Montoya GilMagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Sala CivilPatio interno
25Alberto Nicolás Erazo MurciaGuerrilleroPatio interno
26*Luis Humberto GarcíaConductorPatio interno
27Elkin de Jesús Quiceno AcevedoGuerrilleroPatio interno
28*Manuel Antonio Gaona CruzMagistrado de la Corte Suprema de
Justicia, Sala Constitucional
Primer piso
29NN hombre (Ariel Sánchez)GuerrilleroPalacio de Justicia
30Jaime Rodríguez VivasPolicíaPalacio de Justicia
31Jesús Antonio Carvajal BarreraGuerrilleroPlaza de Bolívar, costado norte
32Fernando Rodríguez SánchezGuerrilleroPalacio de Justicia
33Carlos Horacio Urán RojasAbogado asistente del Consejo de
Estado
Patio interno
34Ángela María Murillo SalazarGuerrilleraAzotea (primer piso)
35*Aura María Nieto de NavarreteAuxiliar del Consejo de EstadoEn uno de los pisos
36Héctor Aníbal Talero CruzPolicíaPalacio de Justicia
37**Alfonso Reyes EchandíaPresidente de la Corte Suprema de
Justicia
Cuarto piso
38**Jaime Benítez PrietoEscoltaCuarto piso
39**Libardo DuránEscoltaCuarto piso
40**Ricardo Medina MoyanoMagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Sala
Constitucional
Cuarto piso
41**Emiro Sandoval HuertasMagistrado auxiliarPalacio de Justicia
42**Plácido Barrera RincónConductorCuarto piso, ala oriental, costado sur
43**Everardo Bermúdez GarcíaEscolta del Departamento Administrativo de
Seguridad (DAS)
Cuarto piso
44**NN hombreCuarto piso
45**Blanca Inés Ramírez de AnguloAuxiliar del Consejo de EstadoCuarto piso
46Jaime Alberto Córdoba ÁvilaAuxiliar del Consejo de EstadoSegundo piso, al fondo, salón de la Fiscalía
47**NN mujer (en embarazo) (Ana Rosa Castiblanco)Auxiliar del chefCuarto piso, ala oriental, costado sur
48Restos humanos de hombrePalacio de Justicia
49**NN hombreCuarto piso, costado oriental
50**José Eduardo Gnecco CorreaMagistrado de la Corte Suprema de
Justicia, Sala Laboral
Cuarto piso, costado occidental
51**Libia Rincón MoraAuxiliar de
magistrado de la Corte
Cuarto piso, ala oriental, costado sur
52**Pedro Elías Serrano AbadíaMagistrado de la
Corte Suprema de Justicia, Sala Penal
Cuarto piso, ala oriental, costado sur
53**Ana Beatriz Moscoso de CedielAuxiliar de
magistrado de la Corte
Cuarto piso
54Restos incinerados de mujerPalacio de Justicia
55Restos incinerados de hombrePalacio de Justicia
56María Teresa Barrios RodríguezAuxiliar de magistrado de la CorteSegundo piso, costado sur, puerta de la Fiscalía
57**Jorge Alberto Correa EcheverryMagistrado auxiliarCuarto piso, ala oriental, costado sur
58NN hombrePatio interno
59**Ruth Mariela Zuluaga de CorreaAuxiliar de magistrado de la
Corte
Cuarto piso
60**Fanny González FrancoMagistrada de la Corte Suprema de
Justicia, Sala Laboral
Cuarto piso
61**María Isabel Ferrer de VelásquezParticular visitanteCuarto piso, ala oriental, costado sur
62**Carlos José Medellín ForeroMagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Sala
Constitucional
Cuarto piso, ala oriental del edificio, parte central
63Restos calcinados de mujerPalacio de Justicia
64**Rosalba Romero de DíazAuxiliar de magistrado de la CorteCuarto piso
65**NN hombreCuarto piso, costado oriental
66**NN mujerCuarto piso
67**NN hombreGuerrilleroCuarto piso, ala oriental parte central suroriental
68**María Yaneth Rozo Caicedo, según el protocolo de necropsia. Sin embargo, corresponde a María Yaneth
Rozo Rojas
Auxiliar de magistrado de la CortePalacio de Justicia
69NN hombrePatio interno
70NN mujerSegundo piso, costado sur
71**Lyda María Mondol de Palacios, según el protocolo de necropsia. Sin embargo, corresponde a María Lida
Mondol de Palacios
Auxiliar de magistrado de la CortePatio interno
72**María Cristina Herrera ObandoAuxiliar de
magistrado de la Corte
Palacio de Justicia
73**Cecilia Concha ArboledaAuxiliar de
magistrado de la Corte
Cuarto piso
74NN restos calcinadosPatio interno
75**José Gerardo Malaver RodríguezAgente del DASCuarto piso
76**Isabel Méndez de HerreraAuxiliar de magistrado de la CortePalacio de Justicia
77NN mujerPatio interno
78NN hombrePatio interno
79NN hombrePatio interno
80**Nury Soto de PiñerosAuxiliar de magistrado de la CortePalacio de Justicia
81**Julio César Andrade AndradeMagistrado auxiliarPatio interno
82NN mujerPatio interno
83**Darío Velásquez GaviriaMagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Sala PenalCuarto piso, costado oriental
84**Alfonso Patiño RosselliMagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Sala
Constitucional
Patio interno
85**Hermógenes Cortés Medellín, según el protocolo de necropsia. Sin embargo, corresponde a Hermógenes
Cortés Nomelín
Auxiliar de magistrado de la CortePatio interno
86**NN restos calcinadosCuarto piso, ala oriental, costado sur
87**NN hombreCuarto piso, ala oriental, costado sur
88**María Teresa Muñoz de JiménezAuxiliar Consejo de EstadoCuarto piso
89**Fabio Calderón BoteroMagistrado de la Corte Suprema de
Justicia, Sala Penal
Palacio de Justicia
90NN hombrePatio interno
91**Carlota Sánchez de MonsalveAscensorista del Palacio de JusticiaCuarto piso
92NN mujerPalacio de Justicia
93**NN mujerCuarto piso, costado oriental
94NN hombre calcinadoPrimer piso, costado oriental interior

* Fallecidos en los hechos del baño ubicado entre los pisos segundo y tercero.

** Fallecidos en el cuarto piso.